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07-12-2016
Querida mamá:
Ya pasó un
año desde que te fuiste al bosque esa mañana, y todavía lloro tu abandono hacia nosotras.
Te escribo
para decirte que María y yo estamos bien. María está más callada que de costumbre, pero las dos sabemos que ella
siempre fue así de retraída.
Hasta pronto.
Florencia.
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14-12-2016
Querida mamá:
Hoy María se metió en una pelea en la escuela, la
abuela tuvo que ir a buscarla. Ella dice que la otra chica se burló de su amigo,
un tal Lucas. Yo no lo conozco. Jamás escuché de él.
La abuela se
enfadó con María, intenté que se apiadara de ella, recordándole que sólo tiene
7 años y no entiende que eso está mal. Ella la castigó una semana.
Te seguiré informando cómo van las cosas, mamá.
Te quiere, Florencia
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21-12-2016
Querida mamá:
Es sábado y desperté temprano. Lo raro es que, al
hacerlo, María no estaba en su cama, me
asusté y la busqué por toda la casa y cuando luego de haber revisado hasta el último cajón
iba a despertar a la abuela, volví a mi cuarto para asegurarme de que no se
hubiera escondido por ahí en uno de sus estúpidos juegos. Ella estaba recostada en la cama, pero te
juro que no se encontraba ahí, cuando desperté.
No sé qué le pasa. Cada día se retrae más, se
vuelve más fría hasta conmigo.
Te extraño mamá
Florencia.
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28-12- 2016
Querida mamá:
Se acercan las fiestas. Algo está mal con María. Ayer
la vi ir al bosque y volver minutos más tarde con una tenebrosa sonrisa.
Empiezo a creer que ella no estaba bien. Estoy preocupada por ella.
Hasta luego.
Florencia.
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4-1 -2017
Querida mamá:
Las visitas
de María al bosque son cada vez más usuales y más largas. Ayer volvió del bosque luego de horas. Sus manos
estaban sucias, al igual que su ropa. Le pregunté qué estaba haciendo allá. Contestó
que estaba con su amigo Lucas y su muñeca.
No sé quién es ese tal Lucas, mamá. La voy a seguir a su próxima visita.
Esto no puede seguir así.
Me preocupa mi hermana.
Mamá, te
necesito.
Hasta pronto.
Florencia.
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7-1- 2017
Quería mamá:
Este sábado fue su visita. Mamá, jamás vi algo semejante,
tengo miedo, tengo pavor. La seguí, la perdí durante un momento y cuando la
encontré temí por mi vida, mamá. Ella estaba ahí, sonriendo, asintiendo,
hablando con algo grande, peludo, tosco. Ambos estaban hablando de costado a
mí. Pero el monstruo de 2 metros de alto, color negro y de ojos rojos como rubíes, no
fue lo que me asustó. No. Eso no fue lo que me paré paralizó y me hizo, por
primera vez, sentirme horrorizada de mi hermana, de mi única familia.
Apoyado en un árbol y quieto, se encontraba un
esqueleto. Estaba completamente vestido, los huesos se encontraban unidos de
alguna forma que no lograba entender, había tierra en su remera blanca que con
el tiempo se había hecho gris y estaba manchada con algo rojo a la altura del
cuello. Mamá, yo reconocí esa ropa. ¿Cómo olvidarla? ¿Cómo hacerlo si era lo último
que vos te habías puesto?
Y en el
último segundo en el que miré horrorizada a mi hermana, ella dejó de sonreir. Se
tornó seria, sobria. Los dos se giraron y me vieron. Tengo miedo por mi vida. Ya
no sé si seguir escribiendo estas cartas ahora que sé la verdad.
Hasta pronto.
Florencia.
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9 -1- 2017
Querida mamá:
Tengo miedo. No sé cómo decirle a la abuela lo que
sucede. Y María ahora me ve diferente.
Ahora me sonríe de forma tenebrosa. Como si esperara y supiera que algo
iba a pasar, algo malo.
La otra noche la encontré observándome dormir. Mamá, sé que moriste, pero te necesito.
Ayúdame.
Hasta pronto.
Florencia
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9-1- 2017
Querida mamá:
La abuela no está. No la encuentro por ningún lado. María dice que ella está con
Lucas jugando. Me encerré en mi cuarto y
puse la cama contra la puerta.
María me dijo que era mi hora de jugar con Lucas.
Mamá, estoy asustada. Nadie me va a ayudar.
Te necesito, le tengo miedo a María y al monstruo
Ayúdame, mamá.
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Mamá, no me queda tiempo.
Están afuera. Escucho ruidos, gruñidos. ¡Mamá, están tocando la puerta!
Mami, no puedo parar de llorar,ellos
saben que estoy acá. Ellos van a entrar.
Los ruidos pararon, ya pasaron 15 minutos. Creo que
se fueron.
Mamá, unos ojos grandes como pelotas de Pin Ponme
observan desde la ventana del cuarto, son
rojos como la sangre. Me está sonriendo… Lucas, el monstruo me está sonriendo y
es la sonrisa más espeluznante que llegaré a ver. Va a romper la ventana, mamá,
María y su monstruo van a venir por mí.
Esta será mi última carta. No necesito decirte mucho, pronto te lo
contaré en persona desde el otro lado. Si alguien encuentra esto, corra.
Aléjese del bosque. Y, no importa qué
suceda, jamás se meta en el bosque. Jamás invada el territorio de la Bestia… El
territorio de María, mi hermana, la asesina de toda mi familia.
Cartas a mi mamá muerta. Cuento ganador MTLC 2018. Autora: Priscila Fortunato 1° A 2018.
Selección de Ilustración y edición digital: Lorenzo Rivera.
