CUENTO N° 8

 

Mi propósito no es repetir mi historia. De los días y noches que la componen, sólo me interesa una noche, un día…

Hacía nueve meses había conocido a una chica, una persona que nunca hubiera pensado que se volvería tan especial.

Nos conocimos en nuestros peores momentos, en el momento en que sólo pensás que la vida y el mundo nunca están de tu lado y que lo que sea que hagas, siempre te sale mal… Pero llegó, ella llegó a mi vida aquel 26 de Octubre de 2018 y me dio lo que nadie me daba y lo que necesitaba; amor, comprensión, sonrisas, y mucha, mucha felicidad.

¿Hubo peleas? ¿Problemas? ¿Algo malo? Sí, los hubo. Siempre los habrá, ya que nada es perfecto. Pero siempre los superamos juntos, hablando sobre la situación, y superando cada batalla; agarrados NO de la mano, sino del corazón.

No fue hasta el mes de conocernos, que ella me dijo que tenía novio. Y, yo, ya estaba sintiendo cosas por ella. Me gustaba, y me estaba empezando a enamorar…

Trataba de convencerme de que lo nuestro no iba a ser más que una amistad. Pero aun así, seguí dando todo de mí, hasta lo que no tenía, le confíe todo de mí y me entregué completamente a aquella persona.

Llegó el 24 de Diciembre, fecha que no olvidaré. Tuvimos una gran pelea, y cambió su manera de tratarme a tal punto que pensé que la estaba perdiendo.

Lloré semanas, aunque NUNCA dejamos de hablar, pero dolía su trato, y ella lo sabía.

Siempre seguía y seguía ahí, dando todo, y rompiéndome para reconstruirla. Sólo me importaba esa persona y tenía ojos para aquella bella chica, y para nadie más.

En Mayo, terminó la relación con su novio. Resulta que la maltrataba, le pegaba, y comparaba su físico (que en mi opinión es una obra de arte tallada a mano por ángeles y demonios) con el de sus ex parejas, a tal punto de hacerla sentir insuficiente y un ser despreciable. Ella no merecía eso, ella es luz y se merece el universo, y pensar que alguien tan buena como aquella mujer sufrió tanto por alguien que no la valoró, me rompe aún más.

 

La apoyé y la ayudé a seguir adelante; di aún más de lo que ya le daba; y, a las dos semanas, comenzó a salir con su amigo de la infancia, justo cuando yo iba a confesarle lo que sentía.

Fue duro aceptar que no tuve ni tiempo de declararme. Y durante mucho tiempo ella comenzó a llamarme “hermanito”, y ufff… si hubiera sabido que no quería ser sólo su hermanito…

Pasaron dos meses, llegó Julio, y ella, terminó con su novio, con el nuevo, el que era su amigo de la infancia.

Y, ahí, en ese momento, le confesé lo que sentía desde hace meses, y lo que callé tanto tiempo y nunca dije por miedo a perder lo que me hacía tan bien.

Y, ahí me enteré… me enteré que ella estaba enamorada de mí, desde hacía ya varios meses… y la razón de haber cambiado su trato conmigo, era porque su novio (el primero) se lo impedía, y la amenazaba si no lo obedecía.

            También confesó que empezó a llamarme “Hermanito” sólo para auto convencerse de que no seríamos nada ya que pensaba que yo no tenía ojos para ella.

Después de horas y horas de hablar sobre lo que hicimos para “ocultar” el hecho de estar enamorados, largamos todo y, dijimos ser los amores de nuestras vidas…

Seguimos así durante tres o tal vez cuatro semanas. Siendo tan tiernos, felices, y enamorándonos cada día más el uno del otro.

Ella no salía de mí mente y sueños (y aún no lo hace) y eso me gustaba; y, a Emilse, también le sucedía eso.

Llegó el 11 de Agosto, y ahí sucedió un hecho muy importante.

Se sintió insuficiente, inútil, una basura, todo porque, según ella, no me daba lo mismo que yo le daba; y también decía que su físico era un asco. Todo eso, por culpa de su relación toxica de tanto tiempo, ella se encontraba rota en mil pedazos y yo, trataba de juntarlos.

A mí me hacía bien y feliz, era y es mi mundo, mi salvación, mi arcoiris, mi todo. Y su físico, no me importa, ¿es linda? Sí. Pero más lindos son sus sentimientos y forma de ser, y de eso es de lo que me enamoré.

Dijo que no la merecía, que no era suficiente, que me amaba como a nadie pero no quería lastimarme, y sus últimas palabras fueron:

“Siempre vas a ser el Amor de mi vida, vos, y sólo vos… Te amo”.

Tal vez fue un momento de ataque y no supo qué hacer, y luego lo piense y vuelva, o, tal vez no…

 

Pasó un día, escribo esto el 12 de Agosto para un trabajo escolar. No recibí ninguna palabra o mensaje de ella aún, y me siento roto, no quiero perderla y… lo único que sé es que…

Es el amor de mi vida.

 

La perseverancia del amor. Cuento ganador MTLC 2019. Autor: Joaquín Hernández 4° TIPP 2019.
Selección de Ilustración y edición digital: Lorenzo Rivera.